Bogotá cuenta con mas de 48.000 hectáreas de área rural y su potencial no está siendo aprovechado. A pesar de que el área rural podría abastecer una gran parte de la demanda de alimentos de la ciudad, en Bogotá, la mayor parte de alimentos llegan de otros municipios. Mientras tanto campesinos de las zonas rurales de Usme, Ciudad Bolívar, Suba, Sumapaz, Chapinero, Usaquén, Santa Fe y San Cristobal hacen trueques entre vecinos para sacar más provecho a sus cultivos.
Usme cuenta con aproximadamente 18.500 hectáreas de zona rural con gran potencial agrícola, sin embargo, la mayoría de alimentos producidos en la localidad van a parar a municipios cercanos, e incluso hasta los llanos orientales.
Una de las razones de que en las mesas bogotanas no lleguen alimentos producidos en la ciudad, es que las políticas de la ciudad no se han adaptado a la economía campesina que caracteriza a las zonas rurales de Bogotá. En Usme, por ejemplo, muchos campesinos conservan sus tradiciones y producen una gran cantidad de alimentos limpios, libres de agroquímicos, contrario al modelo actual de producción que llegó con la revolución verde.
Actualmente, se ha avanzado en el tema, un ejemplo es el programa ‘Bogotá, Cómo Vamos’ que le presentó al Distrito 60 propuestas al Plan de Ordenamiento Territorial (POT), donde una de las propuestas es crear la Zona de Reserva Campesina. Crear la Zona de Reserva Campesina sería dar un gran paso para conservar los territorios campesinos de la ciudad y detener la creciente urbanización de Bogotá.
La misma población campesina se ha encargado de detener la urbanización, en muchas veredas que limitan con el borde urbano, la comunidad se ha organizado para no permitir la llegada de la urbe en las tan anheladas tierras de Bogotá. Así, los campesinos han demostrado el gran poder de resilencia que los identifica.
Una solución a esta problemática nos compete a nosotros como ciudadanos de Bogotá, debemos reconocer, dignificar y a apoyar la labor del campesino bogotano.
Fuente: El Tiempo.