El pasado 31 de agosto, la Granja Agroecológica Tibares, situada en la vereda Chiguaza de Usme, se convirtió en un escenario de intercambio y aprendizaje durante el primer encuentro del Festival Cosechando Memorias y Saberes. Este encuentro, organizado por el colectivo Desde La Raíz con el apoyo de Asocunt, buscó resaltar la importancia de la agroecología y la conservación de las semillas criollas y nativas.
Primer encuentro del festival cosechando Memorias y Saberes en la Granja Agroecológica Tibares
Un encuentro para dialogar sobre la agroecología y la semilla
El evento atrajo a numerosos participantes, incluidos niños y niñas de un colegio de la localidad, quienes no solo asistieron, sino que se involucraron activamente en los talleres propuestos. Durante la jornada, los asistentes tuvieron la oportunidad de dialogar sobre la agroecología, aprender sobre la creación de casas semillas y construir sus propios terrarios para sembrar hortalizas.
Taller de conservación de semillas
La participación de los más jóvenes fue especialmente notable. A través de actividades prácticas, pudieron llevarse a casa manillas hechas con semillas, terrarios y, sobre todo, valiosos aprendizajes sobre la importancia de cuidar nuestro entorno. La jornada no solo se enfocó en el aprendizaje, sino que también ofreció un espacio para el compartir a través del alimento, con un delicioso sancocho campesino.
La música también estuvo presente, con la intervención de Sur Wayrakuna, una agrupación de música andina de Usme, que llenó el ambiente de ritmos y melodías que evocaron la riqueza cultural de la ciudad. Este componente cultural es clave para fortalecer la identidad comunitaria y mantener vivas las tradiciones.
Sur Wayrakuna, agrupación local de música andina
Fomentando el intercambio de saberes en Huertas Urbanas de Bogotá
El Festival Cosechando Memorias y Saberes continuó su recorrido durante los siguientes fines de semana, con más encuentros en diferentes huertas de la ciudad. En la huerta Obafinsuka del Tintal, se exploró la importancia de los polinizadores y se llevó a cabo un taller de apicultura. Por otro lado, en la huerta Siatá de Suba, se promovió un diálogo sobre las setas comestibles y se impartió un taller sobre el cultivo de orellanas.
Estas iniciativas son esenciales para fomentar la educación ambiental en la comunidad, concientizar sobre la importancia de la agrobiodiversidad, promover el intercambio de saberes y experiencias, facilitar el trabajo en red entre diversas organizaciones, y revalorizar los conocimientos que se practican en las huertas urbanas y periurbanas de Bogotá.
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